Linux en 2025: el invitado incómodo que llegó para quedarse
Durante décadas, el escritorio de las computadoras ha sido un reino feudal gobernado por un solo monarca: Windows. Sus súbditos, resignados, pagaban tributo en forma de licencias, reinicios obligatorios y actualizaciones que parecían más bien amenazas. Sin embargo, en silencio, un forastero comenzó a rondar las murallas: Linux. Y lo que antes era visto como un pasatiempo de monjes programadores con barba y camiseta negra, en 2025 es ya una opción seria, madura… y sorprendentemente amigable.
Linux en pocas palabras (y sin tecnicismos tediosos)
En 1991, un estudiante finlandés de apenas veintiún años, Linus Torvalds, miró su ordenador con la misma frustración con la que uno mira una tostadora que solo tuesta por un lado. Las limitaciones del sistema que usaba le parecían un insulto a su curiosidad, así que —en lugar de resignarse como el resto de los mortales— decidió inventar su propio sistema operativo. No buscaba gloria, ni revolución tecnológica… al menos no de inicio. Simplemente quería algo que funcionara como él quería. Irónicamente, ese capricho personal acabaría siendo la semilla de una de las mayores revoluciones informáticas de la historia: Linux, el sistema que hoy late en servidores, teléfonos, supercomputadoras y, claro, en el ego de más de un programador.
En lugar de encerrarlo bajo llave, lo liberó. Desde entonces, una legión de voluntarios, hackers y soñadores ha pulido y expandido este sistema de código abierto, disponible para todo aquel que quiera usarlo, modificarlo o mejorar.
¿Resultado? Hoy existen cientos de “sabores” o distribuciones: Ubuntu, Debian, Fedora, Linux Mint… cada una con su personalidad, pero todas con el mismo corazón: el kernel de Linux.
2025: el año en que Linux dejó de ser “el rarito”
En algunos países, Linux ya supera el 5 % de cuota en escritorios. No parece un gran número, pero en un mundo dominado por un gigante, ese 5 % es una grieta creciente en la muralla. Ya no es el sistema para “frikis” de la terminal: ahora cualquiera puede instalarlo, usarlo y presumirlo.
Los motivos son claros:
- Interfaces gráficas pulidas que no harían sonrojar ni a un diseñador de Cupertino.
- Compatibilidad creciente con el hardware y software cotidiano.
- Soporte para videojuegos que hace pocos años parecía ciencia ficción.
- Una comunidad que responde más rápido que la mayoría de servicios técnicos de pago.
Motivos para dar el salto este año (y no en el próximo milenio)
1. El funeral de Windows 10
El 14 de octubre de 2025 Microsoft apagará el respirador de Windows 10. Sin soporte, sin parches, sin excusas. Quienes quieran seguir seguros deberán pagar… o saltar a Windows 11, un sistema que exige más músculo de hardware del que muchas PC tienen. Linux, en cambio, seguirá funcionando en máquinas que otros habrían mandado al vertedero.
2. Privacidad sin letra pequeña
En un tiempo donde los sistemas operativos parecen más interesados en conocerte que en servirte, Linux ofrece la radical novedad de no espiarte. Sin anuncios, sin telemetría, sin ventanas emergentes preguntando si “deseas compartir tu ubicación para mejorar tu experiencia”.
3. Rendimiento real, no promesas
Linux arranca rápido, no se arrastra con cada actualización y revive equipos que parecían condenados a ser portamacetas.
4. Software libre como el aire
Con Linux, la suite de oficina, el reproductor de música, el editor de fotos y hasta el sistema operativo son gratuitos. Y no “gratis” como las redes sociales, que te cobran con tus datos, sino gratis de verdad.
5. Comunidad que ayuda de verdad
En el mundo Linux, las respuestas no están detrás de un muro de pago ni dependen de un número de ticket. Hay foros, chats y tutoriales que existen solo porque a alguien, en algún lugar, le importó que tú pudieras resolver tu problema.
Cómo empezar sin miedo
Se puede probar Linux sin borrar nada, arrancando desde un USB. Si te convence, instalas junto a Windows (dual boot) o lo reemplazas por completo. Entre las mejores opciones para principiantes:
Distribuciones recomendadas para comenzar:
- Linux Mint: familiar para quien viene de Windows.
- Ubuntu: gran comunidad y soporte.
- Zorin OS: ideal para cambiar de Windows a Linux sin sobresaltos.
- MX Linux: veloz y ligera, perfecta para equipos modestos.
Conclusión: la libertad también se instala
En 2025, seguir en Windows por costumbre es como aferrarse a un VHS “porque todavía funciona”.
Linux no es perfecto, pero es libre, adaptable y tuyo de verdad. Migrar no es solo cambiar de sistema operativo: es reclamar el control sobre tu máquina y tus datos.
Y este año, más que nunca, la puerta está abierta. La pregunta es: ¿quieres seguir alquilando tu escritorio o prefieres ser el dueño?